Vale tres, Lucas

Fue el regreso soñado. Lucas Mancinelli, uno de los héroes del ascenso de Atlanta en 2011, volvió a jugar al fútbol después de casi nueve meses y lo hizo de manera espectacular: en la segunda pelota que tocó, definió con maestría una enorme jugada de Andrés Soriano para marcar el gol que sentenció el triunfo por 3-2 como visitante frente a Barracas Central.

El DT Sergio Rondina dispuso el regreso de Segovia por el suspendido Valdez en la defensa como única variante con respecto al empate. Atlanta fue algo más que su rival en los primeros minutos, y encontró su premio a los 32 cuando Soriano aprovechó un rebote del arquero tras un remate de Guzmán para marcar el primer gol. Pero la defensa, que estuvo lejos de su mejor día, empezó a fallar cada vez más y la consecuencia inevitable fue el empate de Barracas a los 40 tras una carambola que resultó en gol de Mbombaj en contra. Y tuvo que aparecer Gagliardo en toda su magnitud para tapar a los 43 minutos un mano a mano ante Berón que habría dejado a Atlanta en desventaja.

En el complemento apareció más que nunca la actitud positiva, una marca registrada en este equipo puntero. No se conformó con el empate, fue por más, y a los 11 minutos, luego de un grosero penal contra Soriano -presente en las jugadas de los tres goles para el Bohemio- Lucas Ferreiro convirtió el 2-1. ¿Llegaba la tranquilidad? Para nada, porque la defensa seguía con muchas dudas. Duró poco la ventaja y a los 16, en otra pelota parada, Maciel terminó definiendo para marcar un nuevo empate para el local.

El partido parecía marchar a un empate con sabor a poco para Atlanta. Fue entonces a los 20 minutos que Rondina dispuso hacer ingresar a Mancinelli, que volvía al fútbol luego de aquella fatídica lesión -rotura de meniscos y ligamentos de la rodilla- contra Boca Unidos. Y un minuto después, en una acción que recordó a aquel gol de Palermo por la Copa Libertadores contra River, Lucas hizo posible la victoria. Primero trabó en la puerta del área y la pelota después de una pifia de un defensor le quedó a -otra vez- Soriano, que construyó una jugada descomunal, se sacó de encima a tres defensores y con un caño le dejó servida la pelota al héroe de la tarde. Mano a mano, con un tiro bajo, Mancinelli marcó el 3-2 definitivo.

Pudo haber empatado Barracas a los 39 con un cabezazo en el palo tras una mala salida de Gagliardo, quien sufrió mucho la inseguridad de la defensa en las pelotas aéreas. También pudo haberlo liquidado Atlanta en algún contraataque. Pero la chapa del resultado no se movió, como para hacer todavía más grande el regreso soñado de un chico que ya tiene credenciales de ídolo.

Por Federico Kotlar. En Twitter: @fkotlar

Foto: Vanesa Crisóstomo