Hasta acá llegamos

La ilusión de una resurrección futbolística que permitiera un nuevo ascenso a la B Nacional se terminó de esfumar en la húmeda tarde de domingo en Villa Crespo. Atlanta perdió 2-0 contra Almagro en la revancha de la semifinal del Reducido y resignó su última chance de subir de categoría en esta temporada. Si bien el equipo mostró un mejor nivel que el promedio de los últimos partidos, algunos errores gruesos en jugadas que terminaron siendo decisivas determinaron la derrota.

Sergio Rondina dispuso modificar para este encuentro el esquema de 4-2-3-1 que había implementado en la mayoría de los partidos anteriores. Con la inclusión de Henneberg junto a Soriano en la delantera, pasó a un 4-4-2 con Gagliardo; Mancinelli, Valdez, Peláez y Pinto; Guzmán, Palisi, Parentini y Ferreiro; Soriano y Henneberg.

Atlanta buscó desde el comienzo el protagonismo en el partido, pero se encontró con una circunstancia adversa que terminó siendo un golpe letal. A los 4 minutos, Gagliardo realizó mal un saque de arco y la pelota cayó en los pies de Vera. El jugador de Almagro acomodó la pelota, se la ganó a Pinto -que inexplicablemente demoró el despeje- y encaró hacia el arco para definir luego con comodidad en el mano a mano con el arquero. Era el peor de los comienzos para un equipo que en el tramo final del campeonato sufrió una importante crisis de confianza.

Con todo el coraje que siempre se le reconoció a este equipo de Rondina, Atlanta intentó llegar al empate con rotación por los costados y algunos pelotazos para Soriano y Henneberg, en busca de la segunda jugada. Errático e intrascendente Guzmán, lejos otra vez de su nivel Soriano, Ferreiro, como en el encuentro de ida, volvió a tener un papel clave en la creación. El propio Lucas protagonizó una jugada clarísima a los 11, cuando desbordó, llegó al fondo y envió un centro que Shunke no pudo rechazar con comodidad. La pelota dio en la rodilla del defensor para luego estrellarse contra el palo derecho del arco de Centeno. Una constante también de los últimos partidos: toda la suerte que Atlanta tuvo en la primera parte del campeonato le faltó en el tramo decisivo.

Siguió atacando el local, con muchos centros y con Mancinelli ya seriamente lastimado por un choque con un jugador rival que -en una constante de todo el partido, que fue durísimo y no tuvo amarillas hasta el segundo tiempo- el árbitro Paulo Vigliano no castigó con una sanción disciplinaria. A los 46 hubo una chance clarísima: Henneberg habilitó a Ferreiro, quien mano a mano remató demasiado cruzado. Estuvo a punto de meter el gol Andrés Soriano en el segundo palo, pero otra vez faltó suerte: la pelota picó justo antes y pasó sobre su botín derecho.

En el segundo tiempo, ya con Lopes por Mancinelli (Pinto pasó al medio y el esquema varió a un 3-4-1-2) Atlanta volvió a coquetear con el gol del empate, pero siempre le faltó la última puntada. La más clara fue una pelota que quedó picando en el área para Parentini, pero el remate fue tapado por un defensor. Y la sentencia llegó a los 22, cuando Valdez derribó a Pedrozo en el área. Vigliano, esta vez atento, sancionó penal que fue cambiado por gol por Vera.

No terminó la búsqueda de Atlanta hasta el final, con los ingresos de Mbombaj y Acuña por Pinto y Parentini, pero la historia ya estaba terminada. El 2 a 0 final encontró a los jugadores de Atlanta unidos en el dolor y la impotencia de la oportunidad que se fue. El equipo, como debe ser, dejó todo. A veces, simplemente no alcanza.

Por Federico Kotlar (En Twitter: @fkotlar)

Foto: Vanesa Crisóstomo