Una goleada para consolidarse

El presente le sonríe a Atlanta. Con una nueva goleada en Villa Crespo, esta vez 4-1 contra un Acassuso que llegaba con antecedentes de equipo complicado pero que en muchos momentos del partido fue claramente superado por el local, el Bohemio volvió a quedar solo en la punta. Y se acerca al final del año con buenos motivos para sonreír, tanto por los resultados como por la mejora en el rendimiento ofensivo.

La dupla técnica de Cassano y Magarelli dispuso para el comienzo el equipo previsto, con un 4-3-3 similar al de la goleada de Flandria. Bozzoni reemplazó al suspendido Collavini, y si bien comenzó como volante por derecha, luego cambió posiciones con Galeano, que al volcarse como 8 encontró su mejor rendimiento y volvió a ser la figura del partido. Acuña se ubicó como tercer delantero, aunque en muchas ocasiones colaboró en la recuperación de la pelota y aportó algo de aire al mediocampo.

La llave para la alegría esta vez apareció pronto. A los 5, Lazzarini encontró por el lado del lateral derecho Santana el primero de muchos huecos que ofrecería la generosa defensa de Acassuso: desbordó en velocidad y mandó el centro atrás que el defensor Nicola empujó adentro del arco en su afán por despejar. Fue el primer gol, pero las alegrías no se quedaron ahí: cuatro minutos después, esta vez el que falló fue Chao -lateral izquierdo a pesar de que jugaba con el número 11-. Luego de las dudas del jugador de Acassuso, la pelota le quedó servida a Maraschi, que fue hasta el fondo con instinto de puntero y envió un centro rasante para el muy buen anticipo de Acuña, quien definió con sutileza. Atlanta ganaba 2-0 y todavía no se habían jugado diez minutos.

La ventaja no terminó de aportar tranquilidad. Acaso porque el local no había mostrado muchos más argumentos para ponerse arriba que su contundencia. Acassuso empezó a manejar un poco mejor la pelota y, perdido por perdido, el DT Nardozza decidió ya a los 24 minutos quemar las naves: mandó a la cancha a Pumpido por Fioriti para salir del 4-4-2 inicial y armar una delantera con tres puntas.

El nuevo posicionamiento táctico del visitante complicó a Atlanta. Tanto que ya a los 26 Acassuso encontró un hueco grande en la defensa. El ingresado Pumpido recibió en el área ante la marca algo pasiva de Francés, quien no ofreció la misma seguridad que en otras tardes. El delantero aguantó la pelota para la llegada de Avalos, que definió bien con un tiro cruzado. Vega volví a sufrir un gol en contra en Villa Crespo por primera vez desde la cuarta fecha, y el partido volvía a estar abierto.

Atlanta tuvo algunas llegadas hasta el final del primer tiempo gracias a la floja defensa del visitante, obligado a salir. Pero se había metido atrás y le costaba tener el dominio del balón, mientras que Acassuso -que había abandonado el pelotazo constante de los primeros minutos- disponía de más tiempo para manejar la pelota.

Ya en el complemento, el equipo de Nardozza se paró al comienzo como dominador. Guzmán ingresó por Bozzoni para tratar de darle algo más de pimienta a los ataques de Atlanta, pero al principio no se vieron los resultados. De hecho a los 23 minutos el empate estuvo muy cerca cuando Francés salió demasiado lejos, quedó toda la defensa descompaginada y Vega tuvo que mandar al corner en última instancia un cabezazo en el segundo palo.

Pero pronto se iba a terminar el sufrimiento: a los 27, Lazzarini barrió la cancha de izquierda a derecha y puso un pase riquelmiano para Guzmán, que con la serenidad que tantas veces le faltó en los mano a mano definió cruzado arriba para el 3-1 ante la salida de Ruhl. Y a los 37 Nanía terminó de liquidar el partido cuando desde el borde del área, con una comba espectacular que evidenció otra vez su muy buena pegada, puso la pelota en el ángulo.

El 4-1 disparó los festejos en una cancha que se volvió a acostumbrar a los gritos de gol: luego de la prolongada sequía, Atlanta ganó su cuarto partido consecutivo en casa y por ahora es líder indiscutido de la B Metropolitana. El camino, como se ha dicho muchas veces, es largo. Pero este equipo ya tiene bien ganada la licencia para ilusionar.

Por Federico Kotlar (En Twitter: @fkotlar)

Foto: Vanesa Crisóstomo