EDGARDO IMAS (@EdgImas) Es el hombre del momento. El héroe en las dos definiciones coperas por penales. Sus manos desataron la fiesta de los numerosos hinchas que viajaron a Junín por la clasificación ante Olimpo y el pase a los 16vos de final de la Copa Argentina. En el campeonato, parece perfilarse como el titular en ese puesto tan expuesto y discutido, el de arquero.
Mauro Javier Dobler, 32 años, dos hijas de seis y de dos, está entusiasmado con su presente, pero con los pies en la tierra. Mate en mano, luego del entrenamiento del sábado, habla del equipo, de su vuelta a Atlanta luego de una década —había llegado a préstamo de Estudiantes de La Plata en la 2005/06— y hasta de temas no muy habituales, como la realidad del país y la política. Y se asombra del comentario de este cronista acerca de otro arquero apellidado Dobler que atajó en Atlanta: José Omar, con dos presencias en 1987/88, pero aclara que no tiene ningún parentesco.
-¿Cómo vivís este momento tuyo y del equipo?
-En lo personal, feliz, contento, me voy afianzando. Un arquero, cuando está mucho tiempo sin jugar, le cuesta adaptarse al ritmo del partido, pero me sirvió el apoyo del DT y de mis compañeros. En lo colectivo, se nos están dando los resultados. Tuvimos una charla grupal antes del partido con Almirante en la que hablamos que esta semana iba a ser definitoria. En la copa nos están saliendo las cosas bien, y yo aporto lo mío en los penales, que es darle un broche a todo lo que hacen mis compañeros en el partido.
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-¿Cuánto hay de azar en un penal?
-Yo creo que nada. Ya se demostró que no va más lo de “la suerte de los penales”. Sí influye mucho lo psicológico para el que va a patear y para el arquero. Pienso que un penal bien pateado, por más que el arquero se juegue al mismo lado, tiene que ser gol. Si va bien contra el palo, es muy difícil que el arquero la agarre. El jugador mira al arquero. A la vez, el arquero mira al jugador algunos de sus movimientos: cómo se para, si va a patear cruzado, adónde mira, qué movimientos hace en la carrera cuando va a patear. Uno trata de ir sacando cosas y a veces se da y otras no.
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-¿Sos de estudiar previamente a los que patean penales?
-En general no. El primer penal que tiró el cinco, que es quien patea en Olimpo, es muy difícil. Es un jugador que llega caminando a la pelota, te mira hasta el último momento y lo tenés que esperar hasta ese instante final; eso hace que sea difícil atajarle un penal. Algunos compañeros me fueron diciendo: “Mirá que este patea para esta lado”, “ Generalmente le pega así”. Igual los que me tiraron fueron todos para el otro lado. (Risas.) Del único que realmente me acordaba era del arquero de Olimpo. Había visto que había pateado tiempo atrás un penal. Y lo había hecho al mismo lugar que en Junín, abriendo el pie y pegándole despacio. Por eso, cuando agarró la pelota para patear, me la jugué teniendo en cuenta esa imagen que había retenido de él. Claro que podría haber pateado cruzado, pero por suerte repitió y pude atajarlo.
-¿Cómo ves parado al equipo desde el fondo, esa posición privilegiada que tiene el arquero para el análisis?
-Ahora bien. Al principio, no encontrábamos esa regularidad, más que nada de visitante. De local estábamos haciendo buenos partidos, pero de visitante no podíamos afirmarnos.
-¿Por qué ese bajo rendimiento fuera de casa, algo que se prolonga del anterior torneo y eso que cambió bastante el plantel?
-Estamos fallando no tanto en juego sino en pelotas paradas. En esa charla que tuvimos hablamos de ese tema, de que nos estaban convirtiendo mucho en pelotas paradas. Y es una lástima porque quizá no te pasan por arriba en el juego, ni te generan situaciones, pero te abren el partido en una pelota parada y después cuesta mucho, hay que esforzarse más, quedás desordenado atrás y corrés el riesgo de que te metan otro gol y ahí se complique el partido. Hicimos hincapié en lo de las pelotas paradas, porque, si te fijás, nos hicieron muchos goles así. También estábamos fallando en que siempre arrancábamos en desventaja, y eso es muy complicado, más de visitante: te hacen un gol de arranque y después te manejan el partido, se meten atrás y te juegan de contragolpe. Eso lo charlamos y lo entrenamos mucho. Hay que tratar de golpear de arranque, porque después pasás a manejar el partido. En la goleada a Almirante, si bien no sé si hay tanta diferencia entre los dos equipos, se demostró que tenemos buen potencial de jugadores y condiciones para pelear arriba, que estamos bien y vivos. Lo único que nos falta es sacar los tres puntos y manejar los partidos de visitante, y controlar el tema de las pelotas paradas. Creo que los próximos partidos van a ser fundamentales para mantenerse arriba, porque los campeonatos largos se definen en las últimas fechas, pero vos tenés que estar ahí arriba, por lo menos en los primeros ocho lugares, para después tirar todo el potencial en las últimas diez fechas y jugarte por el ascenso.
-¿A qué rivales ves con mayores chances de lograr el ascenso directo?
-Generalmente ocurre que el que tiene un buen arranque , en un torneo largo le cuesta mantenerse. Estar ahí arriba es una presión aparte. Ahora parece que Brown de Adrogué va a llegar al final primero, pero suele costar mantenerse. Hablar hoy de algún equipo con chances reales de ser campeón es un error. Más adelante, de los primeros cinco equipos, el que esté mejor de la cabeza y físicamente es el que va a llegar con grandes chances. Sí tenés que estar mentalizado en no caerte ni empezar a perder, porque si te alejás, se complica. Hay que sumar y sumar para mantenerse; perder un partido y volver a sumar, para así llegar al final con la expectativa para ascender, que es lo que queremos todos.
-Vos ya habías estado en el club en 2005/06. ¿Cómo se produce tu regreso?
-Yo estuve jugando en Tiro Federal el semestre pasado. Recibí varias ofertas para ir al interior pero no tenía mucho interés por la familia, así que acepté la propuesta de volver a Atlanta. El contacto llegó por un ex compañero mío acá, que ya no juega más pero que está empezando a trabajar como representante, Gabriel Albarracín (NdR: volante jujeño que llegó a Atlanta en 2005/06 procedente de la Reserva de Vélez). Cuando me llamó y me mencionó la posibilidad de Atlanta, no lo dudé. Es un club en el que yo había tenido una buena experiencia y al que quiero mucho, porque me dio la posibilidad de jugar cuando yo estaba tapado en Estudiantes y era muy joven. Había recibido un buen trato, así que pude concretar el deseo de regresar alguna vez adonde empecé a jugar. Me sumé con la expectativa de ayudar y aportar para el bien del club.
-En tu primer paso por Atlanta, el estadio estaba clausurado, las tribunas eran de madera y la sede seguía cerrada.
-Cuando llegué y empecé a ver las instalaciones, no lo podía creer. Ese gran estadio detrás de la tribuna, la recuperación de los terrenos de la sede. Lo hablé con Ale Korz y nos acordábamos de aquellos tiempos, cuando era todo a pulmón. Yo le decía que la intención y la voluntad estaban en aquel momento y que el club iba a crecer, porque se estaban haciendo las cosas bien. Hoy se nota el cambio. Es otro club.
-¿Y cómo te sentiste volviendo a esta categoría tan difícil con diez años más?
-Uno va juntando experiencia. Va viviendo cosas buenas y malas, que te van ayudando para afrontar los partidos y torneos de otro manera y te sirven para encarar el grupo. En mi primera etapa en Atlanta era chico y, sin experiencia, no podía aportar nada grupalmente. Ahora, con experiencia, cuando ocurre algo malo, uno les habla a los chicos de lo que vivió, para que no lo repitan. Así se hacen los grupos fuertes: con la experiencia de los más grandes, con esa experiencia transmitida a los más jóvenes y con la respuesta de los más jóvenes en el juego, porque si éstos no te entienden ni te hacen caso, no sirve de nada. Más que nada, la experiencia sirve en las cosas que podés aportar al grupo y obviamente en el juego también. Uno vivió tantas cosas que ya afronta los partidos de otra manera.
-La discusión política y sobre la realidad que atraviesa la Argentina se filtra en todos los ámbitos de la sociedad. ¿Cómo se vive en un plantel profesional? ¿Se pone cumbia a todo volumen en el vestuario y sólo se habla de fútbol?
-No, se habla, se habla. Generalmente, tengo a todos en contra (risas), pero se habla bastante. Igualmente yo en Twitter no quise volver a poner más nada, porque hay gente que… Es complicado el tema de la política… Mi mujer es licenciada en comunicación y trabaja en Prensa del Ministerio de Economía, así que me cuenta cosas y yo la escucho mucho para tratar de entender qué es lo que pasa porque los medios no te lo muestran. En mi casa hablamos mucho de la realidad del país. En el vestuario hay opiniones divididas, pero no es que sólo ponemos cumbia y estamos al margen de todo; se habla, especialmente en las concentraciones, aunque no se está tan metido en la realidad.
-De todos modos, en el Ascenso los jugadores están más al tanto de los problemas de la sociedad y cotidianos.
-Todos dependemos de la política y de la situación del país. Muchos dicen: “Yo no hablo de política, no me interesa”. Pero no es así, todos tendríamos que debatir y hablar sobre a quién votar y no votar por votar o votar porque te parece, porque después la pagamos todos. Los jugadores de Primera División es cierto que están más tranquilos, más al margen, se encuentran en otra situación. Pero es verdad que en el Ascenso vivimos al día, con sueldos que te hacen sentir los problemas reales, como la inflación. Cuando vamos al supermercado, no elegimos cualquier cosa, tratamos de ver qué podemos comprar y ahí ves la realidad del país. Como te digo, hay que hablar de política y meterse, en la casa, en la escuela. Es algo fundamental. Más aún en un año electoral.
-Cada vez hay más ex deportistas que se suman a la actividad política. Ahí está el caso de Alejandro Sabella, a quien tuviste como técnico en Estudiantes de La Plata.
-Está bien que desde distintos ámbitos se vinculen con la política, que se la jueguen y digan lo que piensan y no que algún canal de televisión te diga lo que tenés que pensar.
-¿Ya sabés a quién votar?
-Sí, ya sé. (Risas). Estoy seguro del modelo que quiero elegir.
-Un mensaje final para los socios e hinchas de Atlanta.
-La copa ya pasó, la alegría ya la vivimos. Ahora estamos esperando a Estudiantes, mentalizados en el ascenso, el objetivo de todos. Nuestra meta es afianzarnos y conseguir puntos de visitante. Vamos a ir paso a paso porque es un torneo largo, pero ya no tenemos margen para seguir perdiendo como visitantes.
Los números de Mauro Dobler
Nació el 3 de enero de 1983, en Junín. De pequeño, su familia se radicó en la provincia de Entre Ríos.
Sus inicios futbolísticos fueron en el Club Central Entrerriano, de Gualeguaychú. Luego ingresó a las inferiores de Estudiantes de La Plata.
En la 2005/06 fue cedido a préstamo a Atlanta. En el campeonato de la B Metro de esa temporada atajó en 23 partidos, todos como titular, recibiendo 27 goles. Además estuvo en otros 6 encuentros como suplente, sin ingresar. Los otros arqueros de aquel plantel, que dirigió técnicamente la dupla Marabotto-Cánova primero y luego Jorge Fabián Nardozza, fueron Lisandro Mendoza y Daniel Pereira. Le patearon tres penales: dos atajó (a Graieb, de Estudiantes de Buenos Aires, en cancha de Nueva Chicago y a Guillermo Cejas, de Temperley, en Ferro) y uno le convirtieron (Solchaga, de All Boys, en Ferro). Su debut en Atlanta fue el 27 de agosto de 2005, San Telmo 1 – Atlanta 2, con goles de Darío Lema, de penal, y Vicente Monje, sobre la hora.
Luego volvió a Estudiantes de La Plata, donde integró los planteles profesionales entre 2006/07 y 2009/10. Entre 2010/11 y 2011/12 estuvo en Racing. En 2012/13 y 2013/14 jugó en Almirante Brown, en la B Nacional. En el segundo semestre de 2014 actuó en Tiro Federal (Rosario), en el Argentino A.
En la actual temporada registra cinco presencias en la Primera de Atlanta, todas como titular (tres en el campeonato y dos en la Copa Argentina), con siete goles recibido (cinco en el torneo y dos en la copa). Además estuvo en siete ocasiones en el banco de suplentes, sin ingresar (seis en el campeonato y una en la copa). Salvo en las dos definiciones coperas ante Laferrère y Olimpo, no le patearon penales.
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