Iban 17 minutos del segundo tiempo y Atlanta acababa de salvarse una vez más. El 0-0 a esa altura era buen precio para un equipo que jugaba con uno menos por la expulsión de Serrano y se exponía a que lo golpearan en cualquier contraataque mientras arriba no aparecía nada que se asimilara a una chance de gol. Pero esa salvada con los pies de Aurrecochea ante un remate lejano de Chao mantuvo en el partido al Bohemio, que terminaría la noche con una sonrisa con la que a esa altura era muy difícil soñar. Con algunas de esas virtudes que a veces aparecen cuando el fútbol se fue de paseo, Atlanta consiguió una victoria 2-0 ante Acassuso para recuperar la alegría en el primer partido con Aníbal Biggeri como DT en Villa Crespo.
Por Federico Kotlar (en Twitter: @fkotlar)
El local ofreció una versión muy pobre en el primer tiempo. A pesar de contar con tres volantes con vocación ofensiva, nunca pudo escapar a la concienzuda presión de Acassuso, que dejó bien claro en ese tramo que no de casualidad tiene una de las defensas menos goleadas del campeonato. El equipo de Biggeri nunca pudo sorprender a la última línea del visitante, que a veces contaba con un quinto hombre cuando Chao, encargado de tapar las subidas de Mancinelli, quedaba ubicado como un lateral izquierdo.
A tal punto llegó la impotencia de Atlanta que las únicas dos llegadas de la etapa -que fueron de altísimo riesgo- las tuvo Acassuso. Ambas, por groseros errores defensivos. La primera a los 11, cuando Díaz Villán le dio un pase arriesgado a Cortizo, quien por no reventarla se dejó robar la pelota dentro del área por Esteban González. El 10 se la pasó a Salvatierra, que con todo a favor y Aurrecochea vencido remató por arriba. A los 34, Palisi se enredó luego de un despeje en un centro, y la pelota quedó a Fioriti, quien remató dentro del área chica y sólo no marcó el gol por una brillante intervención del arquero, que manoteó al corner.
Con Serrano impreciso, Galeano sin la pelota y los puntas desconectados, los circuitos de juego de Atlanta se cortaban bien lejos del arco. Apenas una volea de Serrano de media distancia que se fue por arriba del travesaño se pareció a una llegada. Y el comienzo del complemento mostraría un panorama aún menos alentador.
Acassuso, de a poco, ganó confianza y trató de capitalizar arriba lo bueno que mostraba en defensa, donde respondía con suficiencia a los avances rivales. Así fue como a los 9 Santana -quien estaba amonestado y debía haber visto la roja por una falta a Torres que el árbitro ignoró-, con un cabezazo bombeado casi supera a Aurrecochea. Y el escenario se oscureció más todavía para Atlanta cuando Serrano, su único amonestado, vio la segunda amarilla por una falta en la mitad de la cancha.
En una variante que costaba entender en ese momento, Biggeri hizo ingresar inmediatamente a Cequeira por Galeano, habitual motor del fútbol en el mediocampo. Pero a medida que corrieron los minutos, el juvenil consiguió con empuje sacar de la inercia a un equipo que se había mostrado atado. Y que también ganó cuando Mancinelli se liberó de la obligación de marcar el carril derecho y pasó al medio, intercambiando su lugar con Palisi.
Acassuso tuvo la mencionada llegada con Chao desde afuera, pero de a poco la chispa se fue encendiendo en el Bohemio. Y entre los 23 y los 24 minutos empezó a cambiar el partido, cuando Atlanta tuvo tres llegadas consecutivas que por poco no terminaron en gol. La primera con un remate de Palisi que rebotó en un defensor y no se metió por poco, luego con un centro que pasó paralelo al arco y nadie llegó a empujar, y por último con un remate de afuera de Mancinelli en el que Salva dio rebote y Bonfigli no se animó a darle de primera antes de ser tapado por la defensa. La esperanza empezaba a renacer.
Y a los 32 apareció el grito esperado. Torres -reemplazante de Benítez y de muy correcto partido- envió un centro medido desde la izquierda justo para Bonfigli, quien con un cabezazo bajo venció a Salva para conseguir el primer gol. La historia del partido, que ya había empezado a cambiar, se quebró definitivamente.
Acassuso desapareció tras el gol. Como si todo el plan armado y que le había funcionado tan bien durante más de una hora de juego se hubiera esfumado de repente. Biggeri acertó de nuevo con el ingreso de Guzmán por Pedrozo para aprovechar los espacios que dejaba el visitante, ya adelantado y que también se quedó con uno menos luego del gol por la expulsión de Santana. Y a los 44 llegó la sentencia definitiva del resultado, con un contraataque que manejó muy bien Guzmán: avanzó con la pelota y dio el pase justo a Silva, quien mandó el centro atrás para el frentazo goleador de Bonfigli.
Hasta pudo haber goleado Atlanta si Ledesma, quien ingresó sobre el final, definía con más precisión mano a mano ante el arquero. Hubiera sido demasiado premio. Por lo pronto, el equipo disfrutó de una victoria que, a falta del buen funcionamiento que tuvo en algunos partidos de este torneo, premió la personalidad que tantas veces se le reclamó a este equipo para poder torcer historias adversas. Mientras el buen fútbol espera, bueno es que aparezcan otras virtudes para que los tres puntos se queden en casa.
SINTESIS
Atlanta (2): Aurrecochea; Silva, Díaz Villán, Cortizo y Torres; Mancinelli, Palisi, Serrano y Galeano (ST 13’ Cequeira); Pedrozo (ST 34’ Guzmán) y Bonfigli (ST 45’ Ledesma). DT: Aníbal Biggeri. No ingresaron: Barucco, Talamonti, Soto Torres y Fernandes Silva.
Acassuso (0). Salva; Santana, Capasso, Facundo Gómez y Ortiz (ST 34’ Ada); Fioriti, Mela (ST 29’ Ramiro Díaz), Friedrich y Chao (ST 27’ Prim); Esteban González y Salvatierra. DT: Gastón Ramondino.. No ingresaron: Angellotti, Etchegoyen, Pedreira y Pusnar.
Goles: ST 32’ y 45’ Bonfigli (At).
Amonestados: Capasso y Prim (Ac).
Expulsados: ST 13’ Serrano (At) y 33’ Santana (Ac).
Arbitro: Ignacio Lupani.
Cancha: Atlanta.
Foto: Juan Ignacio Calcagno.
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