Atlanta se despidió de su gente con una sonrisa. En una de sus mejores actuaciones del campeonato, goleó con absoluta justicia por 4-1 a un rival que llegaba con grandes pergaminos en el torneo como Gimnasia de Mendoza, y como para sumar motivos de satisfacción, tres de los gritos fueron convertidos por el juvenil Lucas Ríos, que tuvo una tarde consagratoria.

Mauricio Giganti introdujo dos variantes con respecto a la formación que había caído en la Isla Maciel ante San Telmo, cuando se cortó la racha de cuatro victorias consecutivas. Juan Galeano reapareció luego de las dos fechas de suspensión en lugar del lesionado Matías Molina, y Lucas Dramisino pasó a ocupar el lateral derecho, una posición en la que otra vez se mostró muy cómodo, como cuando había jugado allí en los primeros partidos del campeonato. Además, Juan Bisanz pasó a estar entre los once titulares y quedó relegado al banco Gonzalo Klusener, con Lucas Ríos ahora en el centro del ataque.

Con más empuje juvenil, se vio a un Atlanta enchufado desde el comienzo y por eso no sorprendió que cuando apenas se habían jugado 9 minutos alumbrara el primer grito en la tarde bien primaveral de Villa Crespo. Fue gracias a una gran combinación que nació con una buena maniobra y pase de Bisanz, para que Galeano hiciera la pausa justa y habilitara a Dramisino, que resolvió con habilidad para sacarse a su marcador de encima y mandar el centro justo que Ríos empujó a la red, en el lugar donde siempre debe estar un 9.

Fue por más Atlanta, y en una nueva muestra de efectividad a los 22 aumentó la cuenta por un contraataque perfecto, que se cerró con pase preciso de Bisanz y definición a pura categoría de Ríos, con enganche y zurdazo medido al segundo palo, para dejar la pelota lejos de la estirada de Giménez.

Después de un primer tiempo casi perfecto, Atlanta perdió el control en el comienzo del complemento y Gimnasia mostró sus credenciales de gran equipo para descontar a los 9, gracias a un centro preciso de Bersano -de los pocos que se salvaron del flojo rendimiento de los cuyanos- para Solari, que apareció solo en el área y cumplió la ley del ex con un cabezazo que dejó a contrapierna a Rago.

Pero el eventual sufrimiento por el marcador quedó reducido al mínimo porque en la jugada siguiente otra vez Bisanz, que se ganó en la cancha la confianza que le dio Giganti al reubicarlo como titular, entre la habilidad y el coraje hizo llegar la pelota para la entrada de Ríos, que con un rebote algo afortunado volvió a estirar la distancia en el marcador.

Un penal ejecutado con maestría por Galeano, el titiritero de la gran actuación bohemia en Villa Crespo, puso el 4-1 definitivo cuando apenas iban 22 minutos del segundo tiempo. El final fue a pura alegría, con siete jugadores surgidos del club entre los once y hasta la chance de pegar algún grito más ante el equipo que terminó cuarto en las posiciones -y que habría subido un puesto más si ganaba este lunes-. La goleada renovó la esperanza de que esta campaña, aún dentro de esa irregularidad que impidió pelear por algo más, haya dejado sentadas las bases para edificar el sueño de la próxima campaña. Estos pibes son un motivo más que suficiente para ilusionarse.

SÍNTESIS

Atlanta (4): Rago; Dramisino, Alan Pérez, Colombo, Perinciolo (ST 35m. Gelos); Juan Daniel Galeano, Maxi González (ST 41m. Marín), Cardozo (ST 25m. Federico Bisanz); Marcioni (ST 25m. Medina) Ríos (ST 41m. Klusener) y Juan Bisanz. DT: Mauricio Giganti. No ingresaron: Sumavil, Martín García, Franco, Saggiomo y Berterame.

Gimnasia de Mendoza (1): Giménez; Arce, Mondino (ST 26m. Varela), Meritello, Bersano; Ciccolini (ST 30m. Rivero), Garrido, Carrasco (ST 30m. De Stefano), Barbieri (ST 20m. Liuzzi); Juncos (ST 26m. Mario Galeano) y Solari. DT: Luca Marcogiuseppe. No ingresaron: Giovini, Tomás López, Gauna y Nouet.

Goles: PT 9m. y 22m. Ríos (A). ST 9m. Solari (G); 10m. Ríos (A); 22m. Galeano (A) de penal.

Amonestados: Rivero (G) y Federico Bisanz (A).

Árbitro: Lucas Comesaña.

Estadio: Atlanta

Fotos Fede Imas